Día Europeo contra la Obesidad

La obesidad es un problema patológico caracterizado por una acumulación general y excesiva de grasa en el organismo.

Es un problema de salud pública en el mundo y en España. Actualmente un 54% de adultos un 37% de niños sufren obesidad. En España tiene una prevalencia del 1,2%.

No es novedad que esta enfermedad está aumentando cada vez más debido al estilo de vida. Existen numerosos factores que pueden favorecer el aumento de peso:

• Factores ambientales: El sedentarismo, un ritmo de vida acelerado, la comida rápida y la falta de ejercicio físico agravan estas condiciones.
• Factores genéticos: Se ha comprobado científicamente que la genética tiene un papel considerable en la presencia de obesidad, pero para que una persona tenga sobrepeso u obesidad es necesario que se combine la genética con comportamientos específicos.
• Enfermedades y medicamentos: Enfermedades asociadas a problemas hormonales como el Síndrome de Ovario Poliquístico o Síndrome de Cushing, suponen en numerosas ocasiones un aumento de peso. Tratamientos prolongados con algunos grupos de medicamentos también puede fomentar este aumento de peso. 

Existen distintos tipos de obesidad, clasificados de la siguiente manera:

IMC	CLASIFICACIÓN
18,5 – 24,9	Normopeso
25 – 26,9	Sobrepeso grado 1
27 – 29,9	Sobrepeso grado 2 (preobesidad)
30 – 34,9	Obesidad tipo 1
35 – 39,9	Obesidad tipo 2
40 – 49,9	Obesidad tipo 3 (mórbida)
>50	Obesidad tipo 4 (extrema)

Esta epidemia reduce la esperanza de vida y aumenta el riesgo de sufrir otras patologías cardiacas, metabólicas y respiratorias.

Si bien es cierto que la salud y la estética están tomando cada vez más importancia en la población, sigue quedando un largo recorrido por hacer. 

El primer paso es mejorar la calidad de vida modificando los hábitos nocivos.

¿Cómo mejorar la dieta?

1. Una dieta saludable debe incluir unas cinco porciones de frutas y verduras al día, repartidas en todas las comidas diarias. Es recomendable reducir el consumo de grasas saturadas (carnes rojas, quesos grasos, mantequilla…) y aumentar las grasas poliinsaturadas, como el aceite de oliva.
2. Disminuir el consumo de sal: La mayoría de las personas no son consientes de las cantidades de sal que consumen. Es muy importante nunca superar los 5 gramos diarios de sal. Una estrategia para conseguirlo podría ser el uso de otros condimentos y especias en lugar sal.
3. Evitar el consumo de azúcar: Numerosos estudios han demostrado que eliminar los azúcares añadidos en la dieta favorece considerablemente la pérdida de peso de manera eficaz. Hay que limitar el consumo de alimentos y bebidas con alto contenido de azúcares como las bebidas azucaras y los ultraprocesados. Solamente con el azúcar natural procedente de las frutas (fructosa), ya se llega a los niveles de azúcares recomendados al día. No se debería ingerir más de 5 gramos de azúcares añadidos al día, equivalente a 1 cucharadita o un sobre de azúcar.
4. Aumentar el consumo de fibra: La fibra no solo está presente en alimentos de origen vegetal, sino que su fuente mayoritaria son los cereales y las legumbres. La fibra es un ingrediente muy beneficioso para el organismo, puesto que ayuda a disminuir los niveles de glucosa y LDL en sangre, conocido como “el colesterol malo”. También es un poderoso saciante natural, lo que evita ingerir comida en exceso y mantenerse en forma. La cebada y la avena son los cereales más ricos en fibra.
5. Probióticos: La microbiota intestinalson los microorganismos que residen en el intestino. Su papel es fundamental ya que no solo puede influir en el estado de ánimo y en el comportamiento, sino que también facilita la absorción de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales, además de ácidos grasos y fibra. Es un tema que aún está en investigación, pero se ha demostrado en numerosos estudios que, pacientes obesos a los que se les ha administrado probióticos han modificado su microbiota intestinal, favoreciendo así la pérdida de peso.

Mejora tu actividad física

Para empezar a cuidar tu salud no es necesario pasar horas en el gimnasio, se trata de evitar el sedentarismo y adaptar el ejercicio físico a cada persona.

En algunos casos, no es suficiente con mejorar el estilo de vida. En aquellos que existan enfermedades asociadas es necesario tratarlas. Para los pacientes que tengan obesidad mórbida, es necesario recurrir a cirugías o a tratamientos estéticos que, de forma prácticamente inmediata, permitan la pérdida de peso como puede ser, por ejemplo, una reducción de estomago a través de un baipás gástrico o el uso de balones gástricos.