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La vitaminas y suplementos a menudo anuncian beneficios para la salud mental y para un funcionamiento del sistema inmunológico óptimo [1]. Se sabe que la deficiencia de micronutrientes aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad asociadas con el sarampión, la neumonía y las enfermedades diarreicas [[2][3][4]], todas las infecciones comunes que se encuentran en todo el mundo y se encuentran entre las principales causas de muerte [5]. 

Se presume que la mayoría de las vitaminas y minerales básicos son seguros para tomar en las dosis recomendadas [1].  Ya existen brechas entre la ingesta de micronutrientes y los requisitos mínimos, posiblemente conservadores, establecidos por la CDR (Cantidad Dietética Recomendada) [6]. Sin embargo, es posible que se produzcan reacciones adversas a los suplementos, llegando a ser tóxicas, con dosis muy altas [1].

Las personas con déficit de nutricionales pueden requerir suplementos de nutrientes adicionales, a menudo en forma de suplementos orales, intravenosos (IV) o nasogástricos. Existen, por ejemplo, disoluciones denominadas “Cócteles de Myer” [7]. Este suplemento está muy recomendado en situaciones de [8]:

• Asma
• Migraña
• Fatiga
• Fibromialgia
• Depresión
• Enfermedades cardiovasculares
• Infecciones de las vías respiratorias
• Rinitis alérgica estacional
• Mejora del rendimiento deportivo
• Hipertiroidismo

La Comisión Europea propuso definir los complementos alimenticios como fuentes concentradas de nutrientes (principalmente vitaminas y sales minerales) comercializadas en forma de dosis (por ejemplo, cápsulas, tabletas, sobres, etc.) para complementar la ingesta de nutrientes en una dieta normal [9]. Los suplementos de vitaminas son muy frecuencias y recomendables en la búsqueda de un embarazo, osteoporosis, deficiencia de B12 y problemas gastrointestinales [1][10].

El sistema inmunológico complejo e integrado necesita múltiples micronutrientes específicos, incluidas las vitaminas A, D, C, E, B6 y B12, ácido fólico, zinc, hierro, cobre y selenio, que desempeñan funciones vitales, a menudo sinérgicas en cada etapa de la respuesta inmune. La evidencia disponible indica que la suplementación con múltiples micronutrientes con funciones de apoyo inmunológico puede modular la función inmunológica y reducir el riesgo de infección. La ingesta diaria de micronutrientes necesaria para apoyar la función inmunológica puede ser más alta que la cantidad diaria recomendada [6].

*Anexo: tabla “Micronutrientes y Sistema Inmunológico”.

Por lo tanto, aunque existen algunos datos contradictorios, la evidencia general disponible sugiere que complementar la dieta con una combinación de múltiples micronutrientes seleccionados que apoyan el sistema inmunológico puede ayudar a optimizar la función inmunológica y reducir el riesgo de infección. Es necesario continuar investigando la eficacia de los suplementos que contienen micronutrientes de apoyo inmunológico en dosis más altas que la dosis diaria recomendada, especialmente porque son de costo relativamente bajo, están fácilmente disponibles y tienen el potencial de reducir la carga global de infección [6].

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Fuentes y bibliografía

[1]         M. Incze, “Vitamins and Nutritional Supplements: What Do i Need to Know?,” JAMA Intern. Med., vol. 179, no. 3, p. 460, 2019, doi: 10.1001/jamainternmed.2018.5880.

[2]         P. T. Alpert, “The Role of Vitamins and Minerals on the Immune System,” Home Heal. Care Manag. Pract., vol. 29, no. 3, pp. 199–202, 2017, doi: 10.1177/1084822317713300.

[3]         S. Prentice, “They are what you eat: Can nutritional factors during gestation and early infancy modulate the neonatal immune response?,” Front. Immunol., vol. 8, no. NOV, 2017, doi: 10.3389/fimmu.2017.01641.

[4]         H. Hemilä, “Vitamin C and infections,” Nutrients, vol. 9, no. 4, 2017, doi: 10.3390/nu9040339.

[5]         G. A. Roth et al., “Global, regional, and national age-sex-specific mortality for 282 causes of death in 195 countries and territories, 1980–2017: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2017,” Lancet, vol. 392, no. 10159, pp. 1736–1788, 2018, doi: 10.1016/S0140-6736(18)32203-7.

[6]         A. F. Gombart, A. Pierre, and S. Maggini, “A review of micronutrients and the immune system–working in harmony to reduce the risk of infection,” Nutrients, vol. 12, no. 1, 2020, doi: 10.3390/nu12010236.

[7]         A. C. Wells, R. Butcher, and S. Mccormack, “Intravenous Multivitamin Therapy Use in Hospital or Outpatient Settings : A Review of Clinical Effectiveness and Guidelines,” pp. 1–11.

[8]         A. R. Gaby, “Intravenous nutrient therapy: The ‘Myers’’ cocktail”,’” Altern. Med. Rev., vol. 7, no. 5, pp. 389–403, 2002.

[9]         H. M. Meltzer, A. Aro, N. L. Andersen, B. Koch, and J. Alexander, “Risk analysis applied to food fortification,” Public Health Nutr., vol. 6, no. 3, pp. 281–290, 2003, doi: 10.1079/phn2002444.

[10]      H. M. Meltzer, M. Haugen, J. Alexander, and J. I. Pedersen, “Vitamin- og mineraltilskudd – Nødvendig for god helse?,” Tidsskr. den Nor. Laegeforening, vol. 124, no. 12, pp. 1646–1649, 2004.